dos años en Nueva York

¡Qué aprendizaje! ¡Qué ciudad mas maravillosa!

Sin embargo, una de las cosas que más me ha llamado la atención es que la gente en su gran mayoría da por entendido y espera que cada quien se rasque con sus propias uñas. Es difícil ponerlo en palabras… las escenas siguientes lo puede resumir: Te subes al elevador mañana tras mañana, saludas y nadie te contesta, ni siquiera te volean a ver, le pides a un amigo que te acompañe al doctor y te responde algo así como: “neta, tan duro va a estar?”, haces una pregunta y te responden con algún señalamiento con la mano sin ver siquiera quien hace la solicitud.

En dos años de estar allí he hecho tres amigas, una argentina, una holandesa y una iraní. Nomas no me he hallado con los gringos. Los siento planos, sin sube y bajas emotivos, sin demostraciones de afecto. Siento que las emociones son calladas, están escondidas y que yo no las se desenterrar.

Un hecho que me sorprendió de sobre manera se dio cuando me inscribí a una clase de improvisación. Había estudiado para standopera (para comediante) y pensé que este podría ser un buen siguiente paso. Y moflesssssssssssss… albóndigas con ensalada y lagartijas moradas…. dos clases dedicadas a aprender a verse a los ojos. neta! ¡Dos clases, es decir seis horas! Explicaba la maestra que en Nueva York es muy raro que la gente se vea a los ojos, que se tensan, que les da pena, que no entienden para que... y que cuando haces improvisaciones en el teatro o en la comedia es indispensable.

Cuando les dije que a mi me salía naturalito, me vieron (no a los ojos) con cara de “quien sabe que rollo con la mexicana”. No aguanté, me salí del curso….sentí que estaba en otro planeta… uno muy frío, muy lejano. La gente que conozco que siguió las 12 horas… ¡estaba feliz porque creía que ahora a veces podría ver a los ojos a otro! No le agarré al asunto.

Ni paque le sigo… es una ciudad extraordinaria: conciertos de todo tipo, museos perfectamente planeados, cine de todo genero, congresos de todo tipo, uno de los parques más maravilloso del mundo, los desfiles más divertidos, las discotecas más extravagantes, los shows más espectaculares… pero al fin y a cabo de cuentas… de muchos ojos que no ven el alma. Glup!