los pies... me fijo mucho en ellos

Desde niña recuerdo bien que mi papá me decía: “lo primero que haces cuando alguien entra a tu cuarto es ver a los pies de las personas”… y lo sigo haciendo. No tengo explicación. Me fijo en la proporción de los dedos en relación al tamaño total del pie, en lo largo de cada dedo y el comparativo entre ellos (un dedo gordo demasiado largo o gordo o un dedo segundo mas corto que el gordo no pasan la prueba), en que estén derechos, en que no haya alguno doblado o semi doblado, en que no estén solo parcialmente pintados, etc. En la yoga me aseguro de no estar junto a alguien con juanetes, con uñas a medio pintar, con el dedo chiquito encimado o debajo del que le sigue…

Me fijo en los zapatos de las personas, en sus calcetines, medias y huaraches.

He pensando que debería haber permisos para usar sandalias… no cualquier pie puede mostrarse así nomas en público… hay muchos que realmente deberemos esconder…. Porque somos tan conscientes de que cuerpos se ven bien en bikini o no conscientes de que les se ven bien en huaraches.

También me asomo para ver los tobillos (imagínense escena asomada de re-ojito abajo de la mesa o a la silla de a lado!)… tengo problema en especial con los que son como tronquitos… o sea un palmito no tiene porque tratar de ser tobillo.

Un dato curioso (por si los que he mencionado no lo son) con las reacciones de las personas cuando les comento mi debilidad por los pies feos y apreciación por los bellos. Se dividen en dos: las que tienen la misma afición o alguna variante de ella y las que están convencidas de lo absurdo de este rollo. Comprendo a quienes no lo entienden…. es realmente una cosa extraña… y me divierto escuchando las variantes de quienes si cojean de este pata… quienes van a la playa para ver pies, quienes incluso hacen comparaciones de pies secos y mojados, las que gozan e ver pies sudados o llenos de arena, su contra parte que no los tolera, aquellas personas que le piden ver a sus galanes o galanas que les enseñen sus pies, antes de considerar seguir saliendo juntos,, las que le toman fotos a los pies (antes que a monumentos o palacios) de las personas cuando viajan, aquellas que dedican de dos a tres horas a la semana a un pedicure que les deja los pies exactamente como desean.

En fin… ¡Atrévete! a que esta curiosidad te haya sacado una sonrisa.